BROTHERS IN ARMS
Hoy tengo el privilegio de estrenar este maravilloso blog hablando de música. Y creo que no hay mejor manera de hacerlo que con un clásico: Brothers in arms.
Podría contarles cómo este grupo inglés fundado en el año 1977, llegó al éxito a través de la genialidad de su líder, Mark Knopfler, cuando Charlie Gillet y John Stainze lo descubrieron.
De cómo sus miembros fueron cambiando añadiendo estilo a sus producciones pero sin variar el espíritu de su música. O incluso de cómo Dire Straits se convirtió en una de las bandas más importantes de la historia de la música.
Podría también hablarles de lo que supuso este disco en la historia del Rock, con más de 30 platinos. De cómo fue grabado, siendo uno de los primeros álbumes grabados en formato digital y editado en CD. Podría comentarles que su single “Money for nothing” fue uno de los primeros videoclips que emitió la MTV.
O incluso la cantidad de premios y récords que ha conseguido este álbum. Grammys a la mejor grabación, mejor interpretación Rock, e incluso un Grammy a la mejor re-masterización con sonido Surround… Récords como ser el 3er disco más vendido de los 80, o entre los 20 más vendidos de la historia.
Pero prefiero centrarme en su alma, su música. Hoy quiero recomendarles un disco para disfrutar “de cabo a rabo”.
Porque Dire Straits, hacía rock, pero un rock muy peculiar en el que la guitarra de Knopfler disfrutaba de más minutos musicales que su propia voz. Una elaboración musical atípica para un conjunto de Rock de los 80. Y es que cuando se formó el grupo, Mark tenía claro que su música debía ser “música de fondo”, con la que la vida diaria pudiera convivir. Después, con la llegada de Roy Bittan a los teclados, desarrollaron unas atmósferas muy agradables en sus arreglos, que terminaron convirtiéndose en el sello una banda, que tenía una configuración atípica por aquellos años: 2 Teclados, 2 guitarras, bajo y batería acompañando la voz de Knopfler.
Y es que en esta pequeña joya se encuentran canciones de gran peso en su mensaje, como son las 4 últimas pistas que hablan de la guerra (por entonces en El Salvador y Nicaragua), entre las que destaca “Brothers in arms”.
Canciones rockeras con las que practicar un poco de “air guitar”, como “Money for Nothing” en la que participa Sting en las voces.
Reminiscencias country, en las que se reconoce el estilo inconfundible del grupo. Como es el caso de “Walk of life”.
O algunas baladas con las que poder escuchando sus arreglos como “Yo ur lastest trick”.
Éste, el 5º disco de Dire Straits, fue el más exitoso de una carrera meteórica desde el primer single del grupo, “Sultans of swing”, casi una década antes.
Existen muy pocos discos de los que todas las canciones sean buenas o interesantes. Y este es uno de ellos.
Si tienen la posibilidad, les recomiendo hacerse con la versión re-masterizada en surround del álbum y reproducirlo en un equipo adecuado para experimentar una grabación impecable.
Por que ¿Hace cuánto no se sienta a escuchar un poco de música sin hacer nada más que cerrar los ojos y disfrutar cada nota?
¡Esta es su ocasión!
J. Meddows
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